
Un espacio sin etiquetas para
entender el origen de
lo que sientes
¿Hace cuánto que NO te escuchas?
Cada historia tiene un origen. Y a veces lo que más ayuda es dejar de exigirte que "deberías poder solo/a".
Si estás aquí, no es porque algo esté mal contigo. Es porque algo en ti quiere entenderse mejor.
No todas las sesiones son iguales;
ni todos los procesos son lineales.
Vamos paso a paso, sin forzar temas. Partimos desde lo que sientes hoy, y juntos decidimos hacia dónde avanzar.
Muchas personas creen que ir a terapia significa escarbar en el pasado o contar toda tu historia desde cero en la primera sesión. Pero no necesariamente es así: podemos ir directo a lo concreto, trabajar en lo que hoy te importa y comenzar a ver cambios desde el primer encuentro.
Sin juicios. Sin prisa.
Con dirección, y con herramientas prácticas que puedan acompañarte en tu día a día de forma real y cercana.
Soy Juan Carlos Jarero
Psicólogo. Terapeuta. Y, antes que todo eso, una persona que escucha.
Tengo más de 17 años de experiencia. Acompaño a personas adultas y parejas que desean comprender lo que viven y lo que sienten, y trabajar en ello sin juicios, sin fórmulas ni atajos. Trabajo desde lo que tú traes: tus dudas, tus silencios y tus ganas de entenderte. Escucho, pregunto, cuestiono con respeto y ofrezco herramientas que puedas llevar contigo, más allá de la sesión.
Aquí no se juzga, se escucha. Aquí sí puedes hablar de eso.
Lic. Psicología. Universidad Autónoma de Yucatán.
Psicoterapia individual y de pareja.
Enfoque centrado en lo humano, con perspectiva
cognitivo-conductual.
Experiencia en terapia con adultos y jóvenes.

Mi compromiso no es "arreglarte" ni decirte "qué está bien o mal". Se trata de entender lo que vives, ponerle nombre a lo que sientes y trabajar paso a paso en un proceso que tenga sentido para ti.
Cada sesión tiene una intención
No es solo hablar: Es observar, cuestionar, construir.
Terapia individual para adultos:
Acompañamiento emocional y psicológico para personas que viven con ansiedad, agotamiento, pensamientos negativos, relaciones complejas o que simplemente necesitan hacer una pausa y mirar hacia adentro.
Si sientes que ya no quieres seguir igual, pero no sabes por dónde empezar. Aquí podemos empezar desde lo que sí sabes: cómo te estás sintiendo.
Terapia de pareja:
A veces, hablar no es suficiente. Y otras veces, no sabemos cómo empezar a comunicarnos. Este espacio es para recuperar el diálogo, aprender a resolver conflictos, conectar nuevamente, sanar heridas o entender si es momento de reconstruir... o soltar.
Trabajamos en conjunto para crear un vínculo basado en la responsabilidad y el respeto mutuo.
Modalidad:
En línea: El mismo compromiso humano y profesional, donde estés.
Presencial: En Mérida, Yucatán.
¿Para quién es?
Este espacio es para quien está listo y dispuesto a trabajar en sí mismo.
Con miedo, con dudas, pero con conciencia.
Es para ti si...
Te cuesta ponerle nombre a lo que sientes, pero sabes que algo no te está haciendo sentir bien.
Quieres un espacio real, sin juicios, donde puedas hablar de lo que hoy te pesa.
Has intentado muchas veces "estar bien", pero algo dentro sigue sin resolverse.
Estás dispuesto a mirar hacia adentro con honestidad, aunque a veces duela, a tu ritmo pero con dirección.
Entiendes que la terapia es trabajo emocional, no solo una charla casual, que te lleva a un aprendizaje y conocimiento de ti.
Probablemente no sea el momento para ti si...
No crees que tengas nada que trabajar, pero alguien más "te está obligando a venir".
Estás buscando un lugar para platicar sin apertura, esperando resultados rápidos.
Esperas que el terapeuta te diga exactamente qué hacer.
No crees en la terapia como un proceso de constancia y compromiso, sino como un "remedio inmediato".
No estás dispuesto a hacerte responsable de lo que sientes.
Este es un espacio para todos, aunque no siempre para todos los momentos; el camino comienza cuando decides dar el paso.
Lo que sientes importa, no importa el momento en el que leas esto.
Cuando estas confundido, cansado o emocionalmente agotado, es común pensar: "no es para tanto".
Pero sí pesa. Y se vale pedir ayuda.
